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Mi historia

Nací a mediados del siglo pasado. Después de unos maravillosos años de formación en un colegio que pervive como uno de mis mejores recuerdos, donde se alentaba el conocimiento, con los dictados de unos profesores esforzados y convencidos del valor del alumnado y del respeto entre unos y otros. Enseñando por igual las distintas materias, reflejo de la multiplicidad de la vida, por igual ciencias y letras.

Allí se fomentaba una libertad responsable, que no impedía las frecuentes, y a veces muy elaboradas, travesuras juveniles y se llamaba al orden solo de un modo civilizado. Cursé allí tras iniciar –y luego abandonar– el primer curso de Filosofía y Letras, para luego decantarme por el Derecho en la Universidad Complutense de Madrid.

 

Ejercí la abogacía durante más de diez años, simultáneamente a otras ocupaciones, pero mis preferencias siempre han recaído sobre la traducción de textos. Finalmente me especialicé como traductora jurídica. 

 

Me interesa TODO, y he trabajado profundamente –en su día– para interpretar los conflictos que produjo la descolonización en el mundo, el apartheid y sus efectos en Sudáfrica, la degradación del entorno, la superpoblación, el espacio y sus posibilidades y amenazas… Publiqué distintos artículos en tal sentido, en medios actualmente ya hace tiempo desaparecidos, algunos de los cuales aún están en mi archivo, mientras que otros están perdidos.

En momentos del pasado viajé mucho por Europa, en unos años esperanzados, alegres y prometedores respecto del futuro: residí en Londres, recorrí Bélgica, Alemania, Austria, Hungría, Yugoslavia. Pasé algún tiempo en Bulgaria, que siempre permanece en mi recuerdo, y en otro largo viaje pasé por Italia y Francia. Estuve en París en junio, cuando todavía se vivían los efectos de la rebelión estudiantil de 1968, de allí de nuevo a Londres. Y luego, regresé a España. Nunca he vuelto a viajar así, pero esos tiempos siguen vivos conmigo.
       
Sin duda esos viajes han propiciado nuevos conocimientos y mayor comprensión: fueron viajes de estudiante (en el año sabático desde que dejé Filosofía y Letras hasta que comencé Derecho), así que representa…

globo terráqueo

mi filosofía

He escrito desde niña, algunos cuentos publicados datan de distintos momentos de los años 50 y 60.

Tengo la gran ventaja de que puedo escribir casi tan rápido como pienso.


Cuando niña, mis primeras obritas las alentó mi relación con un entorno medioambiental. A partir de aquellos momentos vengo sintiendo un profundo interés por la naturaleza, por la historia del mundo y por el presente que es la base del futuro de la Tierra y de sus formas de vida.

De entre las distintas cuestiones que he tratado en numerosos artículos, destacan: las áreas de situación social; de medioambiente, con distintas colaboraciones continuadas sobre la protección animal y oposición al maltrato. Y, siempre, la evaluación y anticipación de las posibilidades de futuro del planeta.


Siempre he leído mucho, incluso muchísimo, de especialidades muy distintas que irían, en el colegio, de preferencia por la filosofía (pura y dura); luego –en gran cantidad– publicaciones extranjeras sobre la descolonización de territorios; posteriormente, sobre psicología y pedagogía; sobre geopolítica, guerra fría, cultura universal, tensión entre bloques, subsiguientes aperturas políticas. Libros múltiples de Derecho, necesarios en esa profesión; literatura en lengua original (francés, inglés, portugués), diccionarios jurídicos y técnicos. Y literatura, tanta como me caía entre las manos, todo me ha servido con tal de poder ser… leído.
    
¿Mis autores preferidos? Muchos, si no en toda su producción, al menos en buena parte. Pero voy a referirme solo a mis libros “de cabecera”, más allá de lo habitual: primero, Pérez-Galdós (obras completas) que conecta con mi espíritu. Después, Tolstoi (obras completas) que es a mi alma adonde le habla. Y luego mi querido Dickens (obras completas) que matiza mi mirada con las penas de su mundo.


No dejaré de señalar el universo sin límites de la ciencia ficción, con una lectura “histórica” de varios miles de ejemplares, malos, buenos, regulares, malísimos y extraordinarios, donde todo es asumible, cualquier cosa es imaginable y posible… y probable.

Me imagino en el futuro siempre interesada por el medio ambiente, en relación con la situación que se plantea por el extenso desarrollo humano. 


Respecto de la sociedad moderna, no puedo evadirme del pensamiento crítico, muy especialmente por los resultados visibles de la política y la economía.

Me preocupa sistemáticamente que la sociedad esté haciendo dejación de los logros sociales y del progreso social obtenido a finales del siglo pasado, y que fueron básicos para establecer un Estado de derecho, europeo y avanzado y actualmente muy erosionados por crisis y problemáticas que no solo frenan el progreso, sino que lo involucionan.

Todas estas inquietudes y preocupaciones se plasman en toda mi bibliografía como un hilo conductor que se sucede en el tiempo.

Soy uno más, entre todos, pero…

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